un ejemplo de líder es:
Ernesto Mejía Amaya: La familia, la mejor aliada de la empresa
El Dr. Ernesto Mejía Amaya, nació el 27 de septiembre de 1934 en Charalá, Santander, el sexto hijo de un total de 11 de Ricardo Mejía y Ana Victoria Amaya, provenientes de familias de la élite local, buscaron que sus descendientes fueran personas de bien y para lograr su propósito les inculcaron la fe en los valores católicos, les infundieron el trabajo como única vía para salir adelante y procuraron darles educación formal, en las tardes "acostumbraban a rezar el Rosario, y los trabajadores de la finca se acercaban a acompañarlos a rezar", contaba Don Ernesto. Vivió la infancia en Santander y en el pueblo de Chía (Cund.) comenzó la primaria, parte de su adolescencia en Nemocón y luego en la Argentina a donde viajaron en 1948, después del asesinato de Gaitán. Allí ingresó a la Escuela Fábrica de la Nación –como el SENA- para estudiar de noche Mecánica general e hizo cursos sobre mecánica de automotores y bicicletería, y trabajaba de día con un inmigrante italiano Miguel Sayas quien tenía una pequeña fábrica de baterías y le enseñó los secretos de la actividad.
En 1955 la familia Mejía Amaya emprende su regreso a Colombia aunque no todos a la vez, y se instalaron en Cali para iniciar una nueva vida. El primer trabajo de Don Ernesto fué en Coéxito, que buscaba un experto en baterías. Luego sufre un grave accidente de tránsito en 1957 del cual se salva milagrosamente, y desde una silla de ruedas inicia el manejo de su primer negocio llamado "Servicio de baterías". Sus premisas iniciales son: Organizar el negocio, tener organizado el taller, ofrecer un buen servicio, incrementar la parte comercial, crecer. Pero no quiere trabajar solo, se rodea de empleados muy expertos a los que trata muy bien, busca el apoyo de su hermano José Antonio y la ayuda más importante: la de su esposa Cecilia Castro Serrano con la que se había casado en 1959, quien se encargó de la parte contable y administrativa, que Don Ernesto no conocía. El negocio creció y se convirtió pronto en una empresa, y la empresa en un conglomerado, tal como la evolución de su propio dueño desde mecánico, comerciante,ensamblador de baterías, e industrial, en un período de 20 años.
Mejía Amaya, su esposa, sus hermanos, sus hijos y sus leales empleados son un ejemplo de tenacidad, constancia y visión, ya que la compañía MAC S.A. cumplió los 50 años, y hoy fabrica más de tres millones de baterías anuales y hace presencia en el mercado nacional e internacional. Pero el sueño más importante de Don Ernesto se hizo realidad en 1991 con la creación de la FUNDACIÓN MAC para buscar la trasformación de lo social con un enfoque cristiano y ético. En vida entregó la Presidencia de MAC en 1998, por su propia decisión a sus hijos, ellos asignaron en el cargo a Luis Ernesto, quien más tarde lo entregó a su hermana María Fernanda. El fundador que convirtió esta empresa familiar en una familia empresarial falleció en Cali el 4 de Septiembre de 2008 a los 74 años.
Su historia de vida permite aprender el valor de la familia, de la mujer, la importancia de la unión, de la constancia y la perseverancia en el trabajo, la tenacidad, la ética empresarial, el liderazgo visionario y al amor cristiano expresado de muchas formas. Tuvo una gran amistad con Jaime Carvajal Sinisterra -cuyo caso se trató en esta ponencia- por los múltiples temas de interés común. Este fue quien le animó a tomar un curso del INALDE para Presidentes, que resultó vital para su vida y para el momento estratégico de la empresa.
La actual Organización MAC S.A. está comprometida en lograr un desarrollo sostenible a través del mejoramiento continuo, la preservación del medio ambiente y las relaciones con la comunidad. MAC ha sido reconocida con las más importantes certificaciones de Calidad: QS-9000, ISO-9001, N-ICONTEC-978, Q1-FORD, EAQF-CLASE-A-SOFASA, QSP-AWARD-GM. Además recibió la certificación ISO-14001 por su sistema de gestión ambiental en el manejo de sustancias altamente contaminantes, y la certificación OHSAS-18001 por su sistema de gestión en salud ocupacional y seguridad industrial.
publicado por : Laura Paola Florez
es una puntuación, resultado de alguno de los tests estandarizados diseñados para medir la inteligencia.Una persona “normal” tiene un coeficiente intelectual de 100 puntos más o menos, concreta mente la horaquilla para lo que se suponen valores “normales” de CI está entre los 90 y 110 puntos.A partir de lo explicado anteriormente se establece el concepto de “Genio“, entendiendo por tal, aquella persona con un cociente intelectual superior a 140 y que además haya aportado a la humanidad.
